Mindfulness es un constructo teórico que
procede de las tradiciones orientales (especialmente del budismo) y de su reciente
adaptación a la cultura y a la ciencia occidentales, y su traducción es «mente plena» o «atención plena». Algunos expertos lo definen como “la capacidad humana
universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos
de la mente momento a momento”.
Esta capacidad que todos y todas poseemos, se lleva a la práctica simplemente centrando la atención en cada momento, experiencia, emoción o, en definitiva, contenido mental que aparezca. Siendo así conscientes de cuál es el contenido de la mente en ese momento y, además, de que
lo que estamos experimentando es un contenido de la mente, no necesariamente la realidad.
La atención plena puede practicarse tanto de manera informal (mientras nos vestimos, cepillamos los dientes o comemos), o de manera formal (en la posición de meditación y durante un rato cada día).
Para incluir Mindfulness en la psicoterapia hay varias cosas a tener en cuenta. Primero de todo, el o la terapeuta debe practicar Mindfulness para poder enseñarlo a sus pacientes, ya que más que una teoría concreta, el Mindfulness es una experiencia, y solo desde la propia experiencia puede transmitirse. A partir de una relación entre terapeuta y paciente de atención plena y escucha presente, se puede empezar a trabajar.
Lo que nos enseñan los orígenes del Mindfulness, las tradiciones budistas, es que el sufrimiento es parte de la vida, y que tratar de huir de esta verdad nos traerá más sufrimiento. Durante el proceso terapéutico se enseña a la persona a observar desde dónde se está relacionando con sus sufrimiento, que generalmente es desde la evitación, y se le muestran nuevas formas de enfrentar sus sufrimiento, actitudes más sanas como la aceptación, la empatía y el amor. De esta forma, ese sufrimiento que nos creamos tratando de evitarlo, va desapareciendo.
La práctica del Mindfulness es esencial para poder hacer este trabajo interno de observación sin juicio y transformación.
Cuando llega por primera vez una persona a consulta, normalmente tiene una idea aproximada de lo que le pasa o de lo que siente, aunque no pueda definirlo de manera exacta. La persona viene con un «problema». Pero lo que observo es que lo que le está haciendo sufrir no es ese «problema», sí la manera que tiene de relacionarse con su «problema».
Un caso muy común son las personas que vienen a consulta por un problema de ansiedad. En general, cuando pregunto cuál es el motivo de su sufrimiento contestan que la experiencia desagradable de la ansiedad. Sin embargo la ansiedad es adaptativa y totalmente necesaria para nuestra superviviencia. El motivo real de su sufrimiento es que cada vez que siente ansiedad, al ser tan desagradable, trata de pensar en otra cosa o de luchar contra ella, teniendo como resultado más ansiedad.
Para empezar a practicar Mindfulness solo pon toda tu atención en el momento presente. Puedes cerrar los ojos, sentarte con la espalda recta y los pies sobre el suelo, y empezar centrando tu atención en tu respiración. Cuando tus pensamientos empiecen a aparecer juzgando e interpretando, solo vuelve tu atención a tu respiración, una y otra vez…
Practicar Mindfulness debe ser una práctica diaria, así que te recomiendo que elijas un ratito todos los días y empieces a practicar.
Hay un montón de audios, videos, apps… para hacerlo, así que no tienes excusa!