Extracto de una conversación en sesión con una paciente
(El nombre y cualquier dato vinculante de la paciente están cambiados)
Inés : ¿Me quieres leer los registros de necesidades de esta semana?
Teresa : No escribí tanto como me hubiese gustado, pero siempre me surgía la misma necesidad, “necesito hacer nada”. De repente sentía una angustia y pensaba el porqué y, claro, ya estaba pensando en todo el trabajo que me espera al día siguiente… Y no sé cómo resolver esa angustia, no sé cómo llevarlo todo con la mejor alegría.
Inés : ¿Por qué tienes que llevar las cosas con la mejor alegría?
Teresa : Porque tampoco creo que sea para tanto, no debería estar tan estresada. Al final hago lo que me gusta, me encanta mi trabajo, y no sé por qué no lo estoy disfrutando. Estoy cansada ¿sabes? Siento que tengo una herida que no está sana, que no he curado, que me cansa y me agota. Pero no puedo salir de ahí, no puedo renunciar a mi trabajo.
Inés : Te estás moviendo entre dos extremos todo el rato. O lo haces todo, y lo haces bien y feliz, porque en teoría lo que haces te gusta, o entonces no puedes con nada y mejor decir adiós y dejarlo. Quizás en lugar de descubrir cómo salir de ese estrés y librarte de esa angustia, podríamos trabajar en aprender a manejarlo
Teresa : Es que me siento en una situación extrema, las circunstancias no ayudan, está todo muy difícil, entonces claro que tengo que irme a un extremo. Ya no quiero estar más así, siento que estoy perdiendo el tiempo, quiero que esto ya termine. Por eso necesito tomar una decisión sobre si dejar el trabajo o no, porque ya no soporto más el estrés que me supone
Inés : Mira, si te está suponiendo tanto agobio y estrés el decidir si dejas el trabajo o no , te propongo un trato. Vas a darte cuatro semanas, cuatro sesiones, para demostrarte a ti misma que el problema no está fuera, el problema es cómo tú estás interpretando y gestionando lo que hay fuera. Así que en este mes vamos a trabajar tu manera de hacer frente al estrés que te genera tu trabajo.